epílogo
FRAGMENTO L
EL PODER DEL HAMBRE II
Como en otros tiempos, la lujosa suite del hotel londinense acogía una reunión de alto nivel, todos los presentes se conocían, estaban esperando al hombre contacto preparado por Masud, como sustituto del desaparecido Stanley y, sobre todo, deseaban conocer al nuevo “iluminado”, el faro que alumbraría a los desarrapados en pro de los intereses de los allí reunidos.
La puerta se abrió, dos hombres jóvenes, excelentes en su atavío atravesaron el umbral, uno de ellos empujaba una silla de ruedas, misteriosamente silenciosa, transportaba al que llevaba la voz cantante, detrás, una religiosa.
La voz de León dominó toda la estancia:
- Esta es Sor Fátima, la madre de los pobres, la esperanza nueva de los desesperados.
EL CAMPO II
En la espesura de la selva amazónica, como por sorpresa, se abre un gran claro.
Cuatro niños abren los ojos como platos, huyen del hambre y de las guerras que asolan su aldea, plantados, miran fijamente el letrero de la entrada, signos dibujados, ellos no han tenido tiempo de aprender a leer.
CAMPO DE LA ESPERANZA
Desde el quicio de la puerta, una mujer enorme con voz de pito les llama:
- ¡Entrad ya! Venid con Fausta... ¡tenéis una cara de hambre que no os laméis!
borrador finalizado el
29/11/07