ECO III
Fragmento XXIII
En la casa, Stanley estaba recluido en su habitación, por enésima vez había intentado ponerse en contacto con el exterior mediante su móvil y como siempre el aparato no encontró señal, tenía seguro que dentro de la casa la señal estaba, de alguna manera inhabilitada, ya lo había sospechado en el primer intento, pero, aún así, continuó apretando el dichoso botoncito por si se le aparecía la Virgen , harto del maldito cacharro mudo lo estampó contra la colcha de su cama y recurrió al único amigo capaz de compartir su mundo, derramó el vaporoso whisky escocés en un vaso alto, con tanta violencia que gotas del etílico licor salpicaron el suelo, lo apuró de un trago y mientras carraspeaba para recuperar la temperatura normal de la garganta, vertió otro medio vaso.
Se sentó en un sillón frente al televisor, buscó un canal de información e intento centrar su atención en las noticias.
- Este mediodía.- relataba el comentarista.- todos los lideres políticos han incluido en sus comparecencias ante la prensa, la ocupación pacifica de algunas de las plazas más representativas de nuestras ciudades, representantes de las fuerzas parlamentarias, así como de los sindicatos mayoritarios, se han personado en ciertos lugares para comprobar de primera mano la situación que está aconteciendo, nuestros compañeros en el centro de Madrid han puesto el micrófono delante de algunas de las personalidades que hasta allí se han acercado.
La pantalla se llenó de imágenes de personas hacinadas, y en medio, en un pasillo formado por efectivos de la policía, el aventurado político de turno.
El gentío no paraba en ningún momento de abuchear, daba igual las ideas o los colores del personaje de turno, todos los que allí fueron a intentar hacerse la foto rentable, salieron escaldados. Bien es cierto, la única violencia fue verbal, nadie entre los miles de personas allí congregados arrojó objeto alguno o intentó cualquier tipo de agresión por mínima que fuera.
Algunos de los políticos entraron después en el stand que el CANAL108 había montado para la ocasión, unos requeridos por los periodistas, otro en un postrer intento de rentabilizar la crisis.
Dentro de la carpa se encontraban redactores de todos los medios, dispuestos a coser a preguntas a quien osara ponerse delante de ellos.
- Nosotros pensamos que es una manifestación del hartazgo en el que están sumidos los ciudadanos por la aplicación de la política fiscal de este gobierno.
Unos acercaban el ascua a su sardina.
- La precariedad en el empleo, las malas condiciones de los trabajadores, la falta de seguridad en el puesto de trabajo, las...
Otros repetían las manidas consignas de partido.
- Todavía no tenemos suficientes elementos de juicio, vamos a reunirnos para estudiar la situación y, responsablemente dar una solución consecuente con este problema.
Los más, eludían responsabilidades y citaban a un posterior comunicado.
La oposición cargaba contra el gobierno, estos contra episodios funestos de aquellos. “nosotros no somos culpables, la culpa es vuestra” ¿De quien? Nos preguntamos.
- ¡Gilipollas! ¡Os han cazado y os tienen agarrados de los güevos!
Estalló Stanley a voces como si los filmados pudiesen oírle.
Apago tan bruscamente el televisor que el mando a distancia se le escurrió entre los dedos y cayó estrepitosamente contra el suelo, abriéndose en dos mitades, lo miró de hito en hito y murmuro.
- ¡Qué te jodan!
fragmento XXIII
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