jueves, 1 de septiembre de 2011

los nudos del hambre

LA HUIDA
 FRAGMENTO XLIII

La carrera del espía se detuvo bruscamente, primero los pinos se fueron separando, abriendo el horizonte cada vez, un poco más, regadíos de remolachas dejaban lugar a otros de alfalfa o de patatas, salpicados por casetas de riego, alguna balsa en desuso, naves para guardar los tubos de aluminio que conducían, en su época, el agua a las sedientas tierras de la meseta castellana.
Esta noche todo el paisaje era frió y muerto, así y todo, Alfred Larsson, dentro de la estampa de quietud del campo, se sentía protegido por las ateridas nubes, ya no divisaba ninguna luz de donde él creía se encontraba la casona, tupidos pinares actuaban como un fiel guardaespaldas y al frente, adivinaba una carretera, eran contadas las luces que parecían recorrerla colgadas de ninguna parte, unas veces amarillas, otras blancas y todas seguidas por luces rojas, no debía equivocarse, no podía.
Cuando por fin, saltó la cuneta que separaba las tierras de la calzada, recobró aun más el ánimo, era un hombre de ciudad y el asfalto le proporcionaba seguridad.
Pronto notó que era muy pocos los vehículos que recorrían la carretera y también comprobó que no peregrinaba solo él, grupúsculos de personas, eran iluminados por las tenues luces de los coches, delante suyo y tras de él, siluetas fantasmagóricas que parecían arrastrar un lastre a sus espaldas, la neblina difuminaba sus contornos y no daba lugar, ni tan siquiera a contar los miembros de los conjuntos caminantes, Larsson pensó que eran porteadores de la desesperanza, transportistas de la pena. Un cartelón blanco clavado en la cuneta le informo:

                                              MEDINA DEL CAMPO
                                               5 Km.

No intentó alcanzar a los que le precedían, procuró mantener la distancia y, tampoco ser alcanzado.
Caminó solo y despacio, al ritmo que le marcaban ¿tenía prisa? ¿Para que?
No tenía futuro y, peor aún, no tenía pasado. 

fragmento XLIII

LOS NUDOS DEL HAMBRE puedes comprarlo (7.50€ +gsatos envio en www.lulu.com


INDICEhttp://fecarsanto.blogspot.com/p/los-nudos-del-hambre_02.html

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre: LOS CAMINOS DEL SEÑOR... Fragmento VIII Muy rápido, lo más rápido posible, Abul se desplazó de Amman a Córdoba, vía Madrid, en un tiempo ...

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre: EL INICIO Fragmento VII Con la muerte del Emir, algunas de sus empresas pasaron a su propiedad, el abuelo árabe pensó en su nieto medio cr...

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre: EL MULÁ ABUL Fragmento VI Era español, de Córdoba. Abul, apenas recordaba su niñez, los recuerdos eran vagos, inconexos, sin centrarlos en...

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre: LA DIESTRA fragmento V Omar, admiraba a muy poca gente, tenía el culo pelado de ver “héroes” de tres al cuarto o solo de boquilla, ya l...

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre

¿Y yo que se ?: los nudos del hambre: TÍTERES fragmento IV Apenas recordaba bien la cara de su hermano, en unos cuantos años, su mundo, cambiaba todos los días, el Campo, no ...