jueves, 26 de mayo de 2011

los nudos del hambre

EL CABO SUELTO

 FRAGMENTO XXIX

La mañana del tercer día de las concentraciones amaneció menos fría, parecía mentira, pero las plazas iban acogiendo mas y más gente, campamentos formados en los espacios abiertos cercanos a los manifestantes, rebosaban vida desde primeras horas de la mañana, allí, voluntarios preparaban ropas y alimentos movidos por la solidaridad, allí, muchas organizaciones no gubernamentales, izaron sus banderas, unas apelando a sus compromisos humanitarios, otras, otras chupando cámara, buscando subvenciones, estando en el sitio preciso en el momento justo para luego refregar a quien corresponda y tenga el poder de soltar los euros.
Aún así, todos ellos junto con el dispositivo montado por el ejército, hospital de campaña incluido, hacían más llevaderas las largas horas de todo aquel gentío.
La noche anterior, en distintas ciudades, las manchas espesas de multitud fueron visitadas y vigiladas por agentes de la inteligencia española, hablaron con chiquicientas personas buscando algún tipo de información, el dossier que depositaron, cada uno de los agentes, en la mesa del jefe de seguridad tenían algo en común: Nada.
Ninguna de las pistas seguidas conducía a ningún sitio.
En la gris y monótona oficina del departamento de Inteligencia, diecisiete pisos por encima del enjambre de personas que ocupaban Madrid, un hombre se desesperaba.
- ¡Tiene que haber algo! Por ínfimo que parezca tiene que aparecer algo.
El encargado de la seguridad nacional removía una y otra vez los papeles de su mesa, tenía todo el departamento ocupado en lo mismo, y nadie era capaz de dar con el detalle.
El gerifalte lo tuvo desde el primer día claro:
“Si hubieran actuado los antidisturbios cuando eran tres pelagatos...” pero no, los políticos mandan y no es bueno para la imagen de un país que salga su policía corriendo a porrazos a cuatro desarrapados, pues hay tienen, los andrajosos toman el mando, encima la puta televisión todo el día con ellos, poniéndoles como héroes poco menos, lo que es peor, no dejando actuar, como debiera, a las fuerzas del estado, y para más recochineo, las fronteras: Ceuta y Mellilla colapsadas, los Pirineos cerrados formando unas colas de vehículos, que de durar mucho más, nos va a crear un conflicto formal con Francia, por no hablar de las costas, en nuestros mares, podemos encontrar más pateras que sardinas...
-¡Y no encontramos ni un detalle!
El jefe del departamento normalmente un hombre calmo, había estallado, sentía impotencia por no tener claro hacia donde dirigirse y... además, la llamada del ministro.
Pues claro que era un problema nacional, ¡a quien se lo estaba contando!
Más de trescientos números de la policía secreta estaban cotejando datos, cualquier anormalidad o normalidad demasiada normal, era examinada minuciosamente.
Nunca tantos teléfonos fueron pinchados simultáneamente. Datos, en un principio absurdos, que afectaban a la seguridad nacional, eran repasados una y otra vez, en busca de un nombre, un lugar, una pista, una conexión de  algún tipo… algo tan difícil de imaginar como de hallar.
“Que vamos a encontrar sino sabemos que buscar”

Los dedos del hombre jugueteaban con un bic, soltaba y cogía el maldito bolígrafo, una y cien veces. Levantaba la vista taladrando el estúpido reloj colgado de la pared que en estos momentos parecía de competición, ¿Por qué iba tan deprisa?
La puerta de su despacho se entreabrió, apareciendo una mujer menuda tras unas enormes gafas de pasta negra.
- ... Señor.- titubeo.
- ¡Hable! Diga lo que sea.
- No sé si será importante, lo dudo, pero hace cuatro días que el llamado Alfred Larsson no conecta y...
- ¿Quién es ese tal Larsson?- bramó el hombre.
- Realmente... bueno.- Titubeo la recién llegada.- Cuando comenzó a ponerse serio... lo de las invasiones, siempre, por protocolo, contactamos con nuestros agentes... el problema es que, el tal Alfred no es un agente nuestro, propiamente dicho.
- ¡Explíquese!- El instinto del jefe de seguridad comenzó a activarse.- ¿Es nuestro o no? ¿Y por que si no es un agente, contactó con nosotros hace cuatro días?
- Alfred Larsson perteneció al Servicio de Inteligencia hasta que él mismo después de una misión, por causas desconocidas, desapareció, alegando falta de seguridad.
 La mujer, leyó un informe que descansaba entre sus manos, de un plumazo, la dubitativa y temerosa señora que entró en el despacho desapareció, la mujer que leía el informe dominaba la palabra, se intuía en su territorio.
- Alfred Larsson, según reza su instrucción, era un buen profesional, utilizado en varios casos menores, realizando su cometido con holgura.
- ¡Vamos a lo que vamos! Señorita.
La mujer de las gafas anchas, prosiguió con su resumen sin importarle la impaciencia de su jefe.
- Poco tiempo después de su desaparición, Larsson conectó con la central pasando ciertos informes relativos a un clérigo desequilibrado, filtrándonos noticias ya ocurridas o sin ningún valor real en materia de seguridad.
En este momento, paró unos segundos para respirar, notando las miradas de impaciencia clavadas en ella, no se puso en absoluto nerviosa, mas bien la complacía ese interés, ella hacia su trabajo perfectamente y estaba empapada en todo lo relativo a la vida de Alfred Larsson... o eso creía. Prosiguió.
- El jefe del departamento en aquel entonces, creyó necesario un seguimiento al insólito desertor, encontrándose un hombre que, económicamente, vivía muy bien merced a un trabajo de seguridad privada, podríamos decir, que realizaba para un millonario jordano, pero, física y mentalmente, era un agente acabado, bebía en exceso, por lógica, estaba fuera de forma. Al no plantear ningún problema para la agencia, ni de carácter económico ni de seguridad, no se intervino, simplemente, se le obvió. Después, al salir a la luz el caso de los fondos reservados, él recibía apenas una soldada, se le dio de baja del cuerpo, para evitar males mayores, pero, Alfred Larsson nunca se dio por enterado y nunca firmó su desvinculación del cuerpo, aunque para el caso...
- Señorita por favor... está a punto de darme un paro cardiaco ¡Quiere concretar!
- Lo siento, señor.- la energía no había abandonado la palabra de la mujer.- Creo necesario todo este preámbulo para que considere la situación.
Con estas palabras, cortó cualquier intento de inmiscuirse en su terreno a quien quiera que fuese.
“Para eso la pagaban” pensó satisfecha y continuó con su exposición.
- Lo cierto es, como ya he dicho antes, pasaba información trasnochada, de cuando en vez, mediante un teléfono móvil, al cual, me he permitido la licencia de llamar, encontrándomelo: primero fuera de cobertura, varias veces, para más tarde, al intentar rastrearlo, no conseguir ningún tipo de señal, la última comunicación de Larsson, hoy hace noventa y seis horas, se efectuó desde Madrid y, leo literalmente:

Algo prepara el Iluminado, creo que hoy recogemos a un tal Gamal, me mantengo en contacto.

- ¡Alabado sea Dios!- exclamó aliviado el jefe.- Perfecto señorita, créame, perfecto.
El dueño de la seguridad española quedó inmóvil por unos instantes, luego, como sacudido por un rayo, comenzó a dar órdenes.
- ¡Muévanse! Quiero detalles de Larsson, Gamal y el monje aquí, en diez minutos, su detención en menos de dos horas ¡Dos horas!
Miró al techo de su despacho, resopló, y ya solo, masculló.
- ¡Un borracho y un cura! ¡La madre que les parió!
fragmento XXIX
LOS NUDOS DEL HAMBRE puedes comprarlo (7.50€ +gsatos envio en www.lulu.com  
INDICE
 http://fecarsanto.blogspot.com/p/los-nudos-del-hambre_02.html