NADIE HABLA DE MAÑANA
ESCRÚPULOS DE ESPECULADORES
Nadie habla de mañana.
El miedo y la desconfianza mutadas en cúmulos de nubes negras, amenazan tormenta. El cielo oscuro refleja pobreza; miseria de anhelos muertos sin haber nacido.
Bolsillos vacíos estrujados por maléficos seres encorbatados. Subidos en sus púlpitos inestables y frágiles, dirigen un mundo inhumano.
Arrecian, acucian a padres empeñados con sus misivas aciagas. Ahogan a madres: presentando desiertos inertes en el futuro de sus hijos. Matan esperanzas, asesinan ilusiones de jóvenes osados negando crédito a ideales nuevos, a visiones distintas.
Nadie habla de mañana.
Abren sus balances rilando de aprensión al observar ganancias de, apenas, cinco mil millones de euros. Enferman de avaricia pero... no mueren. Ajustan la cuerda al cuello prójimo... estiran, aún más... Ordenan mensajes televisados. Azuzan a sus políticos sicarios contra la plebe corrupta y malgastadora. Amenazan, oprimen, pero...
Nadie habla de mañana.
En la pequeña plaza del pueblo, repleta de gente desocupada, de personas forzadas a un ocio insano, un padre mata el tiempo con su hijo de seis años .El niño pregunta:
─¿Por qué no trabajas?
El padre, a media sonrisa, mira al crío y le da una sin razón.
─Porqué está oscuro.
El niño, inocente, responde:
─Bueno, mañana saldrá el sol.
fecarsanto 2012
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